El mundo del cine representa una dimensión en la que resulta fácil exponer cualquier historia o problemática. Por supuesto, entre los innumerables guiones que se han ido creando, la cocina está representada en muchos de ellos, sobre todo en los últimos años. La elección de largometrajes que proponemos a continuación representa una minimísima parte de todos los posibles, pero aún así su elección no ha sido producto de la casualidad. Cada uno de ellos demuestra cómo la cocina es capaz de ser un potente vínculo común entre personajes totalmente dispares entre sí por carácter, creencias, costumbres… La cocina se transforma en cada una de estas películas en una especie de puente para hablarnos de historias distintas, pero todas movidas por la misma pasión.
Julie y Julia
Como en todas las películas propuestas, en este film la gastronomía y la pasión por la cocina forma el eje angular del largometraje, además las dos historias protagonistas de esta película están basadas en hechos reales. Ambas muestran cómo la cocina consigue despertar la ambición en la vida de dos mujeres de épocas distintas, una en la década de los 60s y la otra al comienzo del siglo XXI.
Por una parte, la vida de Julia Child, una afamada escritora de recetas, nos cuenta el proceso que vivió al cambiar su situación de ama de casa corriente hasta deslumbrar por ella misma como escritora culinaria, y todo gracias a su perseverancia por aprender a cocinar. A través de la vida y del libro que Julia publicó, nuestra segunda protagonista ve cómo la cocina le sirve como vía de escape de una vida aburrida y dependiente a la de su marido.
La perseverancia, el esfuerzo y la pasión por la cocina ayudarán a que tanto Julie como Julia alcancen el éxito.
En definitiva, se trata de un largometraje entretenido, con las actuaciones brillantes de Meryl Streep y Amy Adams tejiendo dos historias entrelazadas por el mismo tema, un argumento perfecto si amas el mundo de la cocina.
Chocolat
La trama de este film transciende el mero hecho de la creación de recetas de repostería, habla del potencial y de las propiedades de un producto que cautiva a más del 90% de la población: el chocolate. Vianne Rocher, la protagonista, tiene un don especial, pues conoce cuáles son las necesidades y preocupaciones de cada persona y a través de este, utiliza las propiedades del chocolate para calmarlas. Pues tal y como hace referencia una leyenda maya, el poder del chocolate saca a la luz los diferentes anhelos y deseos de las personas.
El entendimiento de Vianne en este arte, su moral y creencias fuera de lo común hace que tanto ella como su hija desentonen en un pueblo arraigado a un catolicismo extremo, una comunidad conservadora y temerosa de lo diferente y lo no estandarizado. La protagonista se presenta como una mujer fuera de lo común que hará temblar las bases de una sociedad reprimida y crítica con aquello que no entiende.
A pesar de que este film pone de relieve una trama de peso, con notas que van más allá de la simple creatividad culinaria, todo se transmite y se desenvuelve a través del chocolate con imágenes que harán que vayamos casi sin pensarlo a nuestra despensa.
Sin reservas
Con más tintes dramáticos que humorísticos este largometraje trasmite la dificultad de mantener una conciliación familiar y profesional en la cocina de un prestigioso restaurante. La protagonista, una Chef de prestigio, ve interrumpida su monotonía a causa del fallecimiento de su hermana en un accidente de coche, un hecho que la convertirá de la noche a la mañana en la tutora legal de su sobrina.
La cocina despliega sus alas para acercar a dos personas, que unidas por lazos familiares, no se conocen. En este vuelo tiene un peso importante otro personaje, el chef que sustituye en la cocina a la protagonista durante su período de baja. Lejos de quitarle el puesto, este personaje se servirá del amor hacia la cocina que tienen en común para enseñar a la protagonista a ir más allá de la técnica en la creación de platos, para llegar donde muy pocos lo hacen: a los sentimientos, recuerdos y emociones que transmiten los sabores. Una enseñanza que le ayudará a acercarse más a su sobrina hasta tejer un vínculo casi maternal.
Ratatouille
Aunque se trata de una película de dibujos animados, podríamos decir que entre las cinco propuestas, esta es la que mejor transmite el entusiasmo por la cocina, así como la lucha y el esfuerzo por hacerse un hueco en el exigente mundo culinario. Por supuesto, Disney Pixar no abandona la fantasía ni la ironía al tratarse de una rata el personaje principal que más tarde, se convierte en Chef.
A pesar de la animación, los cineastas de Disney Pixar consiguen algo realmente complicado: la creación de animaciones que semejasen alimentos con un aspecto más que delicioso. La genialidad y el éxito de la película en la parte culinaria no solo es gracias a la creatividad de sus productores, también radica en el trabajo de campo que existe detrás de todo, pues los animadores tuvieron que asistir a clases de cocina para entender el funcionamiento que alberga un restaurante en su cocina. Y a juzgar por las secuencias de la película, entendieron el concepto a la perfección, ya que se aprecia muy bien el ajetreo y la presión a la que está sometida el personal de cocina, así como la coordinación y profunda habilidad que debe poseer un buen chef.
Un viaje de diez metros
Todo cambia en un pequeño pueblo del sur de Francia cuando la familia Kadam, de origen indio, se traslada a vivir justo enfrente de un lujoso restaurante francés de alta cocina galardonado con una estrella Michelín. La historia se centra en Hassan Kadam, uno de los miembros de la familia, quien movido por su talento y deseo de convertirse en un aclamado chef empieza a interesarte por la cocina tradicional francesa, aunque sin olvidar las costumbres y tradiciones que años atrás aprendió de su madre.
Con algunos toques de humor, este largometraje habla de otros temas a parte de la propia cocina, incluyendo la problemática racista y el conflicto derivado de la mezcla de culturas distintas, aunque todos ellos van subsanándose cuando la diversidad favorece el desarrollo de la cocina. La gastronomía india entra de lleno en la francesa y no solo para quedarse, también para transformarla.
Comments